Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido...
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martes, 3 de noviembre de 2009
lunes, 19 de octubre de 2009
Miedo
domingo, 11 de octubre de 2009
Con la frente marchita
Sentados en corro merendábamos besos y porros,
y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa.
Te morías por volver "Con la frente marchita" cantaba Gardel.
Y entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud.
Ya llovió desde aquel chaparrón hasta hoy.
Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte
carricoches de miga de pan, soldaditos de lata.
Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte,
pero tú no querías más amor que el del Río de la Plata.
Duró la tormenta hasta entrados los años ochenta,
luego, el sol fue secando la ropa de la vieja Europa.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.
"Mándame una postal de San Telmo, adiós, ¡cuídate!"
Y sonó entre tú y yo el silbato del tren...
Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte
monigotes de miga de pan, caballitos de lata.
Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte,
pero tú no querías otro amor que el del Río de la Plata.
Aquellas banderas de la patria de la primavera,
a decirme que existe el olvido, esta noche han venido.
Te sentaba tan bien, esa boina calada al estilo del "Che".
Buenos Aires es como contabas, hoy fui a pasear,
y al llegar a la Plaza de Mayo me dio por llorar
y me puse a gritar: "¿Dónde estás?"
Y no volví más a tu puesto del Rastro a comprarte
corazones de miga de pan, sombreritos de lata.
Y ya nadie me escribe diciendo: "No consigo olvidarte,
ojalá que estuvieras conmigo en el Río de La Plata".
viernes, 9 de octubre de 2009
jueves, 17 de septiembre de 2009
miércoles, 26 de agosto de 2009
lunes, 25 de mayo de 2009
(…)
-Es que la gente es mala.
(…)
-Mala no -objetó Fermín-. Imbécil, que no es lo mismo. El mal presupone una determinación moral, intención y cierto pensamiento. El imbécil o cafre no se para a pensar ni a razonar. Actúa por instinto, como bestia de establo, convencido de que hace el bien, de tener siempre la razón y orgulloso de ir jodiendo, con perdón, a todo aquel que se le antoja diferente a él mismo, bien sea por color, por creencia, por idioma, por nacionalidad o, como en el caso de don Federico, por sus hábitos de ocio. Lo que hace falta en el mundo es más gente mala de verdad y menos cazurros limítrofes.
- La sombra del viento -
(Amén, digo)
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