Mi mente era un caos,
un remolino de ideas,
un remolino de ideas,
una aglomeración de imágenes y sensaciones
donde todo se movía sin ningún control
a velocidades insospechadas.
donde todo se movía sin ningún control
a velocidades insospechadas.
Traté de poner orden,
pero todo intento por disipar dudas
o aclarar mis ideas resultó inútil.
pero todo intento por disipar dudas
o aclarar mis ideas resultó inútil.

Fue entonces cuando me armé de valor
y decidí conocerme a fondo, como última solución.
y decidí conocerme a fondo, como última solución.

La sola idea de enfrentarme a mí misma me aterraba.
Me daba miedo llegar a saberme entera,
a descubrir todo de mí,
a anular el factor sorpresa definitivamente,
pero en aquel momento creí necesario asumir el riesgo.

Me asomé a mi interior
y lo que ví desde arriba me produjo una horrible sensación de vértigo.
Me mareé, perdí el equilibrio, caí precipitadamente.

Me perdí para siempre.

Sé que nunca llegaré a encontrarme,
pero la idea, lejos de asustarme, me tranquiliza.
Después de tanto tiempo he decidido
que prefiero no dejar de sorprenderme.
3 comentarios:
Guau! Dios, me ha encantado!
"Después de tanto tiempo he decidido
que prefiero no dejar de sorprenderme"
Me gusta esa filosofía de vida :)
Te quiero!
tiene de visceral todo eso amor?
me encanta que elijas no dejar de sorprenderte
Qué chulo esther!
Por cierto, q tengo curiosidad, de donde es la noria que tienes de cabecera????
Publicar un comentario