Seguidores

lunes, 6 de septiembre de 2010

Perderse a tiempo


Mi mente era un caos,
un remolino de ideas,

una aglomeración de imágenes y sensaciones
donde todo se movía sin ningún control
a velocidades insospechadas.







Traté de poner orden,
pero todo intento por disipar dudas
o aclarar mis ideas resultó inútil.







Fue entonces cuando me armé de valor
y decidí conocerme a fondo, como última solución.








La sola idea de enfrentarme a mí misma me aterraba.

Me daba miedo llegar a saberme entera,
a descubrir todo de mí,
a anular el factor sorpresa definitivamente,
pero en aquel momento creí necesario asumir el riesgo.







Me asomé a mi interior
y lo que ví desde arriba me produjo una horrible sensación de vértigo.


Me mareé, perdí el equilibrio, caí precipitadamente.







Me perdí para siempre.








Sé que nunca llegaré a encontrarme,
pero la idea, lejos de asustarme, me tranquiliza.

Después de tanto tiempo he decidido
que prefiero no dejar de sorprenderme.

3 comentarios:

Sinfonía de ideas dijo...

Guau! Dios, me ha encantado!

"Después de tanto tiempo he decidido
que prefiero no dejar de sorprenderme"

Me gusta esa filosofía de vida :)
Te quiero!

Alejandro dijo...

tiene de visceral todo eso amor?

me encanta que elijas no dejar de sorprenderte

Zoluko dijo...

Qué chulo esther!
Por cierto, q tengo curiosidad, de donde es la noria que tienes de cabecera????